Detente!
Entre súplicas y llantos
la inclemente eternidad sucumbe,
mientras maldices tus raíces.
El ingrato paso fugaz del tiempo,
entre centellas y pegasos.
Mírate!
De rodillas, esclavo de cadenas
pides la vida
como el perro que eres.
Golosinas.
¿Acaso tiene sentido?
En mis sueños
o en mis pesadillas,
el suplicio y el martírio están presentes
en las siempre acosadoras acosadoras sombras del pasado.
Hundiéndome.
Despierta!
rodeado de oro y plata,
el rey de la mano maldita
esculpe en su hija sus memorias.
Tesoro ensangrentado.
¿Acaso tiene sentido?
Gracioso es el amor
del insensible tutor
lamentando su crimen,
mientras se mira en el frío espejo
esperando ver cambiar su reflejo.
Quisiera ver el cielo contigo,
sólo contigo,
por una última vez.
¿Acaso tiene sentido?